miércoles, mayo 30, 2012

Todos contra todos


  1. Hay una diferencia fundamental entre afirmar que el voto propio será nulo y promover el voto nulo como estrategia ciudadana frente el proceso electoral. Hasta donde entiendo Sicilia ha dicho lo primero, no lo segundo. Bien sabe que su “movimiento” no da para articular una actitud de semejante envergadura. Ni siquiera lo pudieron hacer en 2009 los “intelectuales” actualmente ensalzados.
  2. Los vínculos de Sicilia no son tan tenebrosos como los ofendidos “amloves” suponen. De hecho, son muy transparentes y católico-cristianos además. Sicilia es mucho más cercano a Calderón que a Salinas. Pero eso, los hoy muy agraviados “amloves” se lo perdonaron hasta que sonó la campana electoral al son de un 132.
  3. No cabe duda que el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad ha tenido el talento de articular movimientos dispersos y plantear críticas severas a los gobiernos de todos los niveles y de todos los partidos. Al menos en lo que se refiere a las víctimas. Lo que en algún momento fue "pivote", por los desatinos del gobierno actual, se convirtió en un lastre crítico difícil de soslayar.
  4. En tiempos electorales, lo “tolerable” y bien visto en algún momento hoy desata persecuciones, descalificaciones y adjetivaciones terribles. Tanto más lamentables cuanto vienen de sectores que dicen querer un “cambio verdadero”.
  5. Y es que las críticas que se le hacen a Sicilia parten de una “memoria selectiva”. Si el hijo de Salinas basta para desacreditarlo, es en extremo difícil explicar cómo es que la  cercanía de Bartlett, Romo o Camacho no desacredita a cierto candidato.
  6. La congruencia del político en elección no es ni puede ser la misma que la de un movimiento social. Confundir una cosa con la otra es uno de los errores más comunes que cometen los que siendo fieles militantes de un político en elección, se meten a los movimientos sociales con la intención de acrecentar el voto en favor de su candidato.
  7. En general, dentro de un movimiento social maduro, estos fieles militantes se vuelven apestados. Su aislamiento es previsible. El movimiento encuentra las maneras de articularse a partir de su propia lógica y congruencia, que resulta muy distinta a la de aquellos.
  8. El 132 tendrá que hallar su propia lógica y salir al paso del nudo gordiano en el que la contienda electoral le quiere meter. Al parecer la demanda de la democratización de los medios de comunicación es la bandera que piensan utilizar para saltar por encima de aquel nudo. Sin embargo, democratizar los medios significa, sobre todo, hacer un reclamo y plantear una exigencia a las instancias legales que permiten y promueven el monopolio de estos medios. De nada sirve intentar una democratización de los medios “desde adentro” de ellos mismos. Como ya se vio, los propietarios de estos medios no tienen problema con eso “si no hay fútbol”. Y lo que es más curioso es que ellos mismos dicen que son democráticos al “ofrecer” distintos modos de entretenimiento.
  9. Desde esta lógica, el 132 se dará de bruces con una realidad atroz: todos los partidos tienen entre sus candidatos miembros vinculados a los intereses de estos monopolios. ¿Qué hacer frente a eso? Me parece, repito, que es necesaria una agenda radical frente a la cual los candidatos se vean obligados a tomar una postura y plantear un compromiso con mecanismos verificables de su cumplimiento. Lo cual, si se traduce en algún voto del movimiento en favor de tal o cual candidato, significaría un apoyo condicionado.
  10. Para el 132 la opción hoy, dicho de manera un tanto simple, es doblegar a los partidos, a sus candidatos, a las instancias legales, al gobierno actual. De lo contrario corre el riesgo de ser doblegado por los que se mueven dentro de la militancia de un político en elección. Si logra no doblegarse corre por supuesto otro riesgo: acabar igual de denostado que el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad por fanáticos de todo tipo, pero tendrá a su favor la posibilidad de su tan ansiada reforma.