jueves, junio 30, 2005

Dead end

Palabras de un sabio vagabundo:

"El peor es el que se anuncia en el horizonte, como un nubarrón que paulatinamente crece, aumenta, hasta convertirse en una tormenta de la que ya no es posible escapar. La pertinaz lluvia comienza por minar lo más ligero, lo más superficial . Después, los cimientos de todo se tambalean sobre un terreno fangoso e inestable. Las construcciones más sólidas se vienen abajo y por más que se busque, no hay refugio o cobijo. Queda sí, el heroísmo que pretende rescatar el paraíso anterior. Queda la memoria del paisaje soleado y frondoso. Pero en las manos solamente hay lluvia. Desde la montaña más alta el panorama es de escombros, como si por nuestra alma hubiese pasado el tsunami que todos vimos por televisión. Pero el peor momento es cuando desde ese mismo horizonte lejano surge la pregunta que sigue el mismo camino que la tormenta: ¿no debí atender aquel nubarrón antes? A veces dan ganas de ofrecer perdón por haberse creído lo suficientemente fuerte y heroico para sortear la tormenta; perdón por no haber partido cuando el fin era todavía un nubarrón; perdón por haberse tardado demasiado”.