viernes, julio 01, 2005

El mago de las palabras

Así sucede. Tomo este sombrero y saco sin más las palabras que necesito. Con ellas formo las ideas que demandan expresarse. Así nada más, como un acto de magia. ¿Por qué no lo intenta? Mire, hagamos juntos el ejercicio. Vamos, meta la mano. Al principio no sentirá nada, únicamente el vacío; después de todo tan sólo es un sombrero profundo, demasiado profundo... No tiemble. Tranquilo. Solamente cierre la mano con firmeza y asirá alguna palabra. Ande...

Veamos, ¿qué salió? ¡Ataraxia! Mmmm. Palabra interesante. ¿Sabe lo que significa? ¿No? Bueno, no le voy a facilitar la tarea. No es mi papel. En cambio, le puedo dar pistas: se la puede usar en medio de una tormenta, de un vendaval, de un terremoto –incluso de esos que son tan frecuentes en el alma. ¿Tiene alguna idea al respecto?

No, no se trata de un salvavidas, a menos que hable en sentido figurado. De hecho, no es un objeto material; por el contrario es algo más cercano a la virtud. Por supuesto que hay virtudes que fungen de salvavidas, pero por su mirar tengo la impresión de que el problema está en que usted jamás se ha abandonado a alguna tormenta ni ha padecido un vendaval ni mucho menos ha estado en un terremoto. Apuesto que usted jamás ha perdido de vista el plácido refugio de la seguridad.

Mire, para entender lo que ataraxia es, sucede que es necesario saber de tormentas, vendavales y terremotos, y para eso hay que aventurarse a los mares procelosos, hay que sacudir la propia personalidad, que no nada más es refugio, también aventura. No es un buen signo cuando hay más de presencia de nosotros en el mundo que del mundo en nosotros. En los refugios pocas cosas pasan que no sean variables controlables.

Las palabras que salen de este sombrero son solamente eso: palabras. Su significado y sentido, su uso y su comprensión, están irremediablemente anclados al continente que cada quien construye en su propio andar. La magia consiste en eso. Sálgase un poco de sí mismo y encontrará el significado de ataraxia y de cualquier otra palabra. No se crea que todo esto es tan simple e insulso como un abracadabra...