viernes, enero 20, 2006

Carta al PRD

Leonel Cota Montaño
Presidente Nacional del PRD


Martí Batres Guadarrama
Presidente Estatal del PRD-DF


Presente

Durante mucho tiempo, en la izquierda se creyó que la responsabilidad era una de sus cualidades fundamentales. Todavía habemos algunos que lo creemos. Para la derecha, acostumbrada a las exoneraciones en el confesionario, al arrepentimiento simulado y la expiación, la responsabilidad no es lo suyo, y por eso, entre otras cosas, es peligrosa, aun cuando diga tener “las manos limpias”. Pero para la izquierda la responsabilidad debe ser su exigencia, es más, parte de su misma naturaleza.

Tanto más cuanto la posibilidad de llegar a la silla presidencial es ya casi una probabilidad para un instituto político que se adscribe a la izquierda. Preocupa que sea precisamente a la luz de esta probabilidad cuando el PRD ofrece lamentables muestras de irresponsabilidad. Porque las violentas confrontaciones internas que han sucedido recientemente sólo hablan de una cosa: el enamoramiento material a los puestos y circos públicos en los que proyectos reales de izquierda se diluyen y huyen por la puerta trasera como desencantado espectador.

¿Dónde están las propuestas a discutir entre quienes se creen indispensables para la ciudad?, ¿en las camionetas quemadas, en golpes y patadas alevosos que hospitalizan a militantes?, ¿en amenazas veladas y directas sobre la balanza electoral?, ¿en descalificaciones y acusaciones de “desmemoria” cuando los mismos acusadores exigen a los ciudadanos de esta capital ser desmemoriados e ignorar quiénes son y qué han hecho?

Un buen camino para demostrar que son de izquierda sería aceptar la responsabilidad que ello implica, y que el PRD sea un instituto político preocupado y ocupado en transformar al país. A veces parece que en eso están; otras, parece que no. Ya sabemos que los otros, el PAN y el PRI, no van a ningún otro lugar que un penthouse o un rancho en las migajas tercermundistas de la globalización. Ojalá ustedes hagan de la responsabilidad su estandarte. Responsabilidad con la nación y sus ciudadanos, se entiende. De lo contrario, aquí estaremos muchos (militantes, simpatizantes, ciudadanos) para reclamárselos.



Isaac García Venegas