domingo, noviembre 21, 2010

Orígenes

Intento regresar a los orígenes pero no puedo. Justo cuando el camino se me hace conocido y creo reconocer su cercanía, llego a un punto que en algo se parece a lo que recuerdo como orígenes pero que no lo es. La sensación de estar en un lugar recordado pero desconocido me provoca escalofríos. Pero aún así me siento en aquella piedra en la que me recuerdo por primera vez. Busco la calma de entonces. Y su música. Súbitas ráfagas de frío obligan el abrigo. De todos lados salen aquellas palabras que me dije en los orígenes. Son como un murmullo en principio confuso, pero rápidamente se vuelven nítidas. Me siento como aquel ángel que desde la victoria lo escuchaba todo. Pero no son palabras recordadas. Lo sé porque cada una de ellas trae su daga. Escoger cualquiera es mutilarse. Me queda claro que no encontraré la calma añorada. Poco a poco comprendo que estoy en un campo de batalla: cada palabra dejará una herida. ¿Qué busco en los orígenes? Quizá el momento de crearlo todo de nuevo, me digo. Ya no reconozco nada del entorno. Las ráfagas cesaron. Se hizo el silencio. Tomo la pluma y comienzo de nuevo.