Robemos a Cuesta. “Nuestra historia está más preocupada por hacernos un carácter que por hacernos un paraíso” –escribió. Hay que concederle la razón. En otras palabras, la historia contemporánea de este país está más preocupada por inculcar la resignación que lograr la democracia, el esfuerzo que el goce pleno del bien común. Eso cansa.