Yo sé que es absurdo, pero creo necesario defender ciertas letras. Sí, sí, letras. Por ejemplo, la X. No tanto por reivindicación identitaria (obvia decir que nuestro país carga esa letra como santo y seña), sino por lo que en ella se puede encontrar.
La X señala el blanco a destruir o el lugar de descubrimiento; también expresa el ninguneo. Pero para mí es el símbolo perfecto: el breve punto de encuentro, el punto de reunión, que es a la vez, siempre, el punto de partida, del distanciamiento.
Quizá no exista halago más profundo que éste: eres mi X; a partir de ti, aún en la distancia y evidencia de nunca más volverte a encontrar, te llevo como punto nodal de mi vida....