martes, junio 24, 2008

Cadera

Del cielo caes, cual ángel expulsado, empuñando como arma un pedazo azul del orbe. La empuñas para destruir, a cada paso, confines paralelográmicos. No hay escudo que resista arma tan atemporal. Por eso, a cada paso, los cadáveres se multiplican, y en su yacer, parecen adorarte como yo rindo pleitesía a la curvatura del mundo.