jueves, febrero 22, 2007

Muerte simbolica

Recuerdo alguna vez haber definido la muerte como la ausencia de movimiento. En efecto, eso es lo más patente cuando nos asomamos a un féretro: el cuerpo inmóvil nos habla todo él de la muerte, en contraste, por ejemplo, de quienes asisten al velorio: movimiento triste, lento, pero movimiento al fin.

Lo mismo sucede con las muertes simbólicas, la muerte de quienes en nuestra vida han dejado de ser importantes, quiero decir, que antes generaban con su presencia movimiento en nuestra vida. La muerte simbólica de alguien en nuestra vida es reconocer que esa persona ya no induce nada que no sea una parálisis del alma, del corazón, del cuerpo.

Al muerto le guardamos luto, pero al muerto simbólico lo único que podemos obsequiarle es el silencio. Porque también en silencio recordamos. La memoria es su féretro.