lunes, julio 13, 2009

Como caballo de carreta...

Después del 5 de julio numerosas y sesudas reflexiones se han hecho sobre las elecciones de ese día. Así mismo, los partidos políticos han hecho mea culpa o festinado los resultados. Unos “ya se vieron” en Los Pinos, otros ya se ven más lejos que antes de la casona del poder.

Las valoraciones hechas básicamente son cuatro: los ganadores son el PRI y el voto anulado; los grandes perdedores son tanto el PAN como el PRD; el consuelo: pese a todo el PAN se mantiene (la debacle pudo ser mayor); y por último: el voto anulado creció considerablemente, lo que constituye un “llamado de atención”. Con respecto a esto último destaca la interpretación de Alejandra Barrales que lo atribuye a un hartazgo de la ciudadanía con respecto al clima y discurso de confrontación, protagonizado sobre todo por el PAN (se sabe que la inteligencia de la susodicha es equiparable a su belleza, que como es de conocimiento general es superlativa; considérese sus muy tibias campañas electorales, sus licencias “oportunas”, sus mejores capacidades para ser fotografiada).

En lo personal me desconcierta la aparición de “nuevos actores” políticos. Al parecer el “llamado de atención” se convertirá en la puerta de entrada para “ciudadanos hartos” como Martí y Wallace. También será la puerta de entrada para nuevas organizaciones que reclamarán una reforma “verdaderamente democrática”, como los que se organizaron en torno a la anulación del voto. Ahora las consignas políticas se llenarán la boca de ciudadanía, arrepentimiento y no sé cuánta cosa más (basta con ver al tal Calderón, al PAN y al PRD). De hecho ya lo están haciendo. Tanta premura tiene límite: 2012.

¿Pero de algo servirá todo esto? Me parece que no. Como lo dice Arnaldo Córdova: ganaron los mismos de siempre. Con nuevo rostro, para 2012, ganarán los mismos de siempre. Y es que a los ciudadanos nos pasa como a los caballos de carreta: traemos bloqueados los ojos para ver solamente el camino que el conductor de carreta quiere...