sábado, octubre 21, 2006

Tristeza

Fragmentos de un diálogo

–La tristeza –me dice– es aquella invitada forzosa que cumple su papel con eficiencia al invadirlo todo.

A saber por qué creo que este inesperado interlocutor tiene razón.

–La tristeza –respondo–, al invadirlo todo con su dolor infinito, pasa de invitada forzosa a invitada imprescindible…

Mi interlocutor da una larga y profunda fumada.

–La tristeza es el alma de la fiesta de mi vida.

Intento rematar este diálogo inútil diciendo: –Y el alma de esta conversación difusa…

–Es que en tus ojos encuentro, sentada y feliz, a la anfitriona de la cual no somos otra cosa que un par de invitados –me responde.

Entiendo su decir. Es cierto. Tan sólo somos invitados a esta reunión interminable en la que la tristeza es la anfitriona y en la que nos ofrece sus delicados bocadillos. Me sorprende saberme su embajador...