jueves, junio 13, 2013

Morderse las uñas

Sentarse intentando percibir el paso del tiempo y tan sólo encontrar el vacío. Tomar la pluma para trazar algo en el cuaderno de las angustias y tan sólo atinar a esbozar figuras fantasmales, irreconocibles. Ir al teclado queriendo escribir algo coherente y únicamente lograr un escupitajo carente de sentido, forma, filo. Desistir de todo para dejarse hipnotizar por el vacío y escuchar el rumor de frases inconexas, seguramente dichas a lo largo de seis o siete años. Pretender hallar en la inestable memoria el contexto de aquellas frases y darse cuenta de que lo que prevalece es el ruido de una podadora de pasto. Buscar la herida que más duele para lamérsela lastimosamente y no encontrar otra cosa que sangre coagulada. Sin reloj ni campana que anuncie la salida o el fin, acabas por morderte las uñas.