La desigualdad y la explotación en el capitalismo se convierten, por arte del discurso, en culpa del pobre y del explotado. Lo mismo sucede en lo electoral: el IFE y los partidos pretenden convertir la falta de consistencia de las plataformas político-electorales en culpa del elector que se “atreve” a pensar en anular su voto o votar en blanco. Como si ese “atrevimiento” fuese un asunto de necedad o ignorancia del elector. “Las plataformas allí están; estúdialas y vota” parecen decirnos tanto el IFE como los partidos. El problema no son los electores, sino las ofertas políticas que se les hacen. La debacle, la inconsistencia, etcétera, están allí, no en los electores. La decadencia está en los partidos; en el ciudadano reside el acto de optar por alguna oferta si le convence o por ninguna. Como los chicles: se compra el que se apetece, no el que hay para no sentirse culpable de que el tendero no tenga el que uno quiere.
Dice Tabucchi: los libros de viaje "poseen la virtud de ofrecer un doquier teórico y plausible a nuestro donde imprescindible y rotundo". Hay muchos tipos de viajes: los internos, los externos, los marginales. Este blog quiere llenarse de estos viajes, e invita a que otros sean también, con sus viajes, un doquier para mi donde.
martes, marzo 13, 2012
sábado, marzo 03, 2012
Silencio
¿Que por qué no escribo? Porque las palabras que en mí se revuelven no son aptas para ser dichas. En ellas hay algo de terrible (y quizá por eso mismo algo de sorprendente). Pero el silencio es también a su modo una escritura. Ciertamente inescrutable pero no por eso menos vital. En silencio se acepta y se renuncia.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)