Con ternura leo declaraciones de perredistas a diestra y siniestra. Me matan de ternura. Las cosas se están magnificando, dice alguno, y yo, que casi siempre había reservado la sorpresa para la derecha y el PRI, hasta ahora fuentes inagotables para la crítica, la burla y el sarcasmo, me encuentro con esta declaración que me saca lágrimas de compasión. Porque según tal declaración no es que en el sol azteca haya prácticas repudiables, sino que se magnifican. Es decir, si no se magnificaran serían como tropiezos nimios simpáticos y lindos para la anécdota de cantina.
Se magnifiquen o no, lo que nuestros ínclitos perredistas pierden de vista es que para un simple mortal es probable que todo lo que se dicen en acusaciones de diverso tono los punkcinas y los emortegas sea real. Y esto no quiere decir en modo alguno que por tal motivo se piense que el PRI o el PAN sean mejores: quiere decir que el PRD es tan “pior” como los otros.