jueves, julio 02, 2015

Que ha muerto Jacobo

Que se ha muerto Jacobo. La suya es una más que representa la muerte de toda una época en nuestro país. No por supuesto la del periodismo sometido, chantajista, parcial, que tan bien representó, fomentó y cultivó. Este periodismo sigue allí, como el dinosaurio. Como la materia, este tipo de periodismo solamente se ha transformado. Lo que no cabe duda ha muerto, lo que ya casi desaparece, es toda una época en la que la modernización mexicana iba acompañada por un noticiero cuyo locutor usaba grandes audífonos y enormes y horrendos lentes; un locutor que hacía gala de una memoria prodigiosa; un locutor que podía hacer del clima noticia sin necesidad de minifaldas y escotes, como ahora es la usanza. Un locutor que entrevistó a todas las grandes personalidades de la época, lo mismo políticos que artistas, revolucionarios que premios nobel de todas las latitudes. Evidentemente, la calidad de esas entrevistas está a discusión, pero las hizo. Ese fue Jacobo. El cronista necesario e indispensable de los terremotos. El soldado raso del PRI, el símbolo de una televisión de jodidos para jodidos, ese que en 2006, en un acto de locura, en plena campaña electoral, dijo en su programa de radio al recibir a AMLO: "me levanto ante el próximo presidente de la República". Equivocado como casi todo lo que hizo, Jacobo estuvo siempre allí, pocas veces como periodista, a menudo como locutor, muchas veces como espectador, y siempre como soldado del régimen.